viernes, 27 de abril de 2007

LA SOLUCION SUPRANIVEL DE NUESTROS MALES

Profesor Octavio Féliz Vidal
Los dominicanos hemos aprendido a ver desparramada la corrupción en distintos colores partidarios. El desperdicio de recursos caídos en unos cuantos bolsillos asesinan las posibilidades de una digna vida de cientos de comunidades de la República Dominicana. Pequeñas obras como un tramo carretero, la construcción de una escuela para la educación primaria o secundaria, habilitar un pequeño acueducto: son todas obras que perecen por falta de recursos que diariamente son expoliados por saqueadores profesionales de los bienes públicos.

Quienes se plantean progresar en República Dominicana lo hacen a través de diferentes medios. La política es una de esas vías; pero con la salvedad de que algunos no se conforman con los buenos salarios que reciben; sino que pretenden acumular grandes fortunas calculadas en millones de dolares y pesos, con un daño irreparable a sus pobres conciudadanos.

Los ingresos que recibe el gobierno de la República Dominicana provienen de la actividad industrial y comercial, del turismo y en gran parte de las remesas que envían dominicanos ausentes tanto en América del Norte, Europa y otras partes del mundo. Los dominicanos todos añoramos que los impuestos recibidos sean utilizados para la mejoría de la calidad de vida de los más necesitados, muchos de los cuales salen de las costillas de los más pobres; como es el caso de los altos impuestos que se pagan por los combustibles y alimentos, y el pago del ITEBIS aplicados a diferentes mercancías y servicios. Cuando los impuestos recibidos por el estado se devuelven en obras de utilidad y pertinencia social la gente siente conformidad con los aportes que le realiza al estado.

Los dominicanos que residen en el exterior, muchos de los cuales añoran con volver a vivir a su país, necesitan que el estado invierta en infraestructuras básicas en los lugares de los cuales son originarios. Cuando un dominicano que se retira desea construir la casa de sus sueños en su lugar de origen, éste espera que el estado haya creado condiciones básicas en la infraestructura del lugar como son calles, aceras, disponibilidad de electricidad y otros servicios públicos. No siempre esto ocurre, el propietario tiene que buscarle solución a todos estos problemas que el gobierno central o el municipal deben resolver. La motivación para construir una vivienda o un negocio con una amplia infraestructura sería un motor que activaría la microeconomía local, a la vez que motivaría a otros a emular el ejemplo.

La corrupción impide el desarrollo de obras muy básicas para la ciudadanía, a la vez que provoca el encarecimiento de los servicios que el ciudadano utiliza. En el caso de la educación pública y la salud pública, que no son del todo confiable para el ciudadano común, se obliga a muchos dominicanos a buscar alternativas privadas lo cual aumenta el gasto en dos renglones que si el estado los ofertara con calidad no se convertirían en un nuevo concepto de gasto para los interesados. Invertir en la educación pública es la base para un desarrollo sostenible en nuestro país; también el acceso a una salud pública equitativa para los más necesitados. En ambos casos si los recursos no se dilapidaran en corrupción, un antiguo mal del país, podríamos logar un mejor sistema para la educación y para la salud de los dominicanos.

El estado debe a través de sus diferentes órganos buscar los medios para reducir el dinero y los recursos que se despilfarran en corrupción. Se deben crear nuevas leyes que sancionen drásticamente a los que incurran en estas prácticas. Crear nuevos sistemas de auditorías y quitar la etiqueta de delito político a la corrupción, lo cual al final provoca que los políticos se protejan entre sí; aún cuando sean de partidos diferentes.

Cuando asumamos conciencia de que, aún en la precariedad económica y social que tenemos, podemos resolver muchos problemas con el dinero que el país se ahorraría, le estaríamos devolviendo un poco de esperanzas a tantas personas que esperan del estado la solución de pequeños problemas comunitarios que nunca ven resolver. Además la optimización de los recursos percibidos por el estado nos darían un sitial de más respeto frente a la comunidad internacional, frente a los dominicanos que desde el exterior nos observan y frente a toda la comunidad nacional.


Comentarios pueden ser enviados al Correo: Profesoroctavio@yahoo.com

No hay comentarios: